La base de maquillaje se utiliza para crear una base uniforme en la piel, ocultar imperfecciones, igualar el tono de la piel y proporcionar una superficie lisa para la aplicación de otros productos de maquillaje.

Elige un tono de base que coincida lo más posible con el tono natural de tu piel. Prueba el producto en la mandíbula para asegurarte de que se integre bien y no deje líneas de demarcación.

Puedes aplicar la base con las manos, una brocha o una esponja de maquillaje. La elección depende de tu preferencia personal. Asegúrate de difuminar bien el producto para obtener un acabado natural.

Evita aplicar demasiada base y asegúrate de difuminarla bien en la línea de la mandíbula y el cuello. Además, elige fórmulas ligeras y aplicadas en capas finas para evitar un aspecto pesado.

Sí, hay bases diseñadas para diferentes tipos de piel, como piel seca, grasa, mixta o sensible. Elige una fórmula que se adapte a las necesidades específicas de tu piel.

La elección entre las diferentes texturas de la base depende de tu tipo de piel y preferencias personales. Las bases líquidas son versátiles, las en polvo son ideales para pieles grasas y las cremas ofrecen una mayor cobertura.

Utiliza una prebase, fija la base con polvo translúcido y evita tocar tu rostro con las manos a lo largo del día. También puedes llevar contigo un polvo compacto para hacer retoques si es necesario.

Algunas bases contienen SPF, pero generalmente no proporcionan suficiente protección solar. Es recomendable aplicar un protector solar independiente antes de la base para una protección adecuada